Buenas!! Que tal os está yendo la semana? Yo sigo inmersa en las obras de la que será mi casita hasta que me pueda comprar una. Estamos renovando la cocina entera con nuestras manitas, y es un trabajo de chinos!! ya os enseñaré fotitos..
Hoy os quiero hablar de los champus de Lush. Si no os habeís dado cuanta, soy una fanática de esta casa, asi que ahora que tengo una tienda en mi ciudad estoy feliz como una lombriz, aunque no puedo ir las veces que quisiera, porque los precios no son especialmente económicos. Bueno, que me pierdo, que yo hoy os quería hablar de los champús sólidos.
¿Y que es un champú sólido? Pues es como una pastilla de jabón pero que se aplica en el pelo, ni más ni menos. Y que ventajas tiene? Pues la principal (que es la razón por la que me la compré la primera vez) es que ocupa muy poco espacio, con lo cual, si te compras la latita (por dos pastillas de champu te la regalan) la puedes llevar de vacaciones, al gimnasio, a la pisci, etc..
La razón por la que me la sigo comprando es que me encanta como me deja el pelo. Yo me compre estos dos modelos para probar:
Agua salá: se supone que es para lavarte el pelo en zonas de aguas duras con mucha cal. Este ni fu ni fá, yo tengo el cuero cabelludo muy sensible, enseguida se me descama, me salen rojeces y me pica con cualquier champú, y esté no fue una excepción.
Squeaky Green: Este champú a diferencia del anterior ha sido la salvación a todos mis problemas capilares. Cuando te lavas con él deja una cantidad increíble de espuma, con lo cual cunde un montón. Te deja el pelo super suelto y brillante, y lo mejor de todo es que mi cuero cabelludo está feliz, sin rojeces ni picores. La verdad es que en casa ha sido todo un descubrimiento, ya que mi hermana me lo mango un día y ya se ha comprado uno para ella, porque es el único que le trata la dermatitis que tiene, dejándole el pelo super limpio.
Un diez a los señores de Lush por este pedazo de invento!!